Quebrado totalmente entre llantos y gemidos sollozos te encontré tirado bajo la lúgubre luz de una lámpara parpadeante. Tu cara llenas de lagrimas no es la primera vez que te veía encerrado en tu nube de problemas, gritabas y pataleabas como un niño, un niño encaprichado con la vida, gritabas diciendo, ¿!por que ¡? Buscabas respuestas que nunca encontrarías si encerrado estabas, en el piso, píldoras, encendedores, cucharas quemadas y tu maldita, maldita heroína, tirado estabas agonizante, con agujas infiltradas en tus venas, pidiendo que todo se detenga, mientras apoyado en mis muslos llorabas, sin decir ni una palabra me levante y me fui, sin importarme que seria de ti, si yo me iba, estando yo ahí, seguías destruyéndote como un maldito, para verme sufrir y pedirte que pares, amabas que te rogara, que rogara que dejaras de destruirte, con una sonrisa en tu rostro, con tu maldita satisfacción de tenerme a tus pies, te sacabas tu perversa jeringa, y me mirabas, me abrazabas y prometías, esta es la ultima vez, lo juro, juro ya no lastimarte, solo, no me dejes… no me dejes solo… y yo en llanto me ahogaba creyendo tus mentiras, tu intención de cambiar, una vez mas… y otra mas… te espere, te trate de ayudar , un bonito dia, con la luz que entraba tras las cortinas, abrí los ojos mientras en tu pecho descansaba , y ahí estabas nuevamente, inconsciente, en una incesable mezcla de ira, odio y preocupación, nuevamente y con las pocas fuerzas que me quedaban te arrastre hasta el cuarto de baño, donde moje tu cara, y trate de reanimarte, agotada ya de llevar un cuerpo dia por medio, a despertar con agua, y tratar de revivir, y sacar de esa mierda…
Los días pasaban y mi ímpetu por seguir se extinguía como el fuego con el agua, tus cambios de humor repentinos me preocupaban, de a ratos eras el ser mas hermoso y dulce sobre la faz de la tierra, pero mas tarde te violentabas, hasta conseguir tu dosis, y asi hasta quedar estúpido tendido sobre el piso de madera gastada lleno de restos de lo que eras, de lo que fuiste, y de lo que nunca volverás a ser, el hombre del que yo me había enamorado, había desaparecido como tu uso de lógica y razón, junto con tus neuronas y corazón, cuando hoy mire por la ventana del semipiso heredado que conseguiste con “tanto esfuerzo” por ser el nieto de Sebastián, quien te había dejado el lugar para que estés cerca de tus estudios, trabajo, familia y amistades, ahora se convertía en un tazón de drogadictos, sedientos de estupefacientes, orgias, y alcohol, que antes de que el sol saliera se esfumaban como mis ganas de seguir con la vida que llevaba, limpiando tus desastres, para que al día siguiente no encontraras rastros de lo que fuiste y quieras inyectarte mas para poder olvidar. Después de tu noche de fiesta, alcohol, drogas y sexo descontrolado con sabe tu quien, te levantabas con una bonita sonrisa en el rostro, tu cínica sonrisa en el rostro simulando que todo estaba bien, en tu mundo, todo siempre estaba bien, ni bien abrías los ojos notabas todo tu apartamento en perfecto orden, y desde el colchón que estaba en el piso decías, -preciosa te levantaste temprano hoy, por que no venís un rato acá conmigo, ¿Qué hora es?-, las 14:45 decía con miedo, y gritándome y golpeando todo lo que se interponía en tu paso, - Idiota, sabes que entro en 15 minutos por que mierda no me levantaste!-, tratando de conservar la calma pero tartamudeando trate de hacerlo entrar en razón, era sábado, hoy no trabajaba… sentado en el suelo que acababa de terminar de limpiar saco de dentro de su zapatilla un papelito plateado, lleno de un polvo blanco, rogué hasta las lagrimas que no lo inhalaras, con gestos de desinterés lo hiciste de todos modos, seguí con mi tarea de limpieza con lagrimas cayendo sobre mi rostro, creo que se habían convertido en el limpiador que mas usualmente utilizaba para limpiar los muebles, era mas barato que otros en cuanto a dinero, pero sabia que con cada lagrima derramada mi corazón se secaba, y se llenaba de odio, mi corazón… ardía.
Ya mas despierto y “activo” te levantaste del sucio y enmarañado colchón en el que reposabas borrachera tras borrachera, inyección tras inyección, tras mi dolor y sufrimiento por tu destrucción, y haciéndote el simpático hiperactivo, tras el efecto de la cocaína sobre tu ya inexistente cerebro, abriste la heladera en busca de alguna cerveza, mientras te observaba desde la mesada con detenimiento cada uno de tus pasos, cada palabra, va, mas bien balbuceo que intentaba descifrar, me miraste, me abrazaste como si nada hubiera pasado, me diste un beso en la frente, secaste algunas lagrimas con tus dedos quemados y te fuiste al living, o dormitorio, quien sabe ya lo que era esa casa… pusiste música, encendiste un cigarrillo y te pusiste a dibujar, eso era lo único que quedaba de tu esencia, de lo que yo había conocido mientras cursaba el tercer año de polimodal, donde con tu pelo brillaba y se mecía bajo el sol, tu ropa desastrosa y con restos de oleo atraía mas de lo que pretendías, mientras que yo era solo una mas de aquellas, sentada en un rincón con mi guitarra soñando que era alguien, llena de inocencia y de vida, que se fue como el velo de una novia al llegar al altar.
Pensar que te miraba y mis ojos se llenaban de amor, tras verte tan apasionado con la brocha, la paleta y tus pinturas, el atril lleno de formas que creaban dibujos, tu rostro se transformaba con la concentración y el amor que le ponías a cada una de tus obras de arte, que convertías en basura por un trazo de luz fuera de lugar, entonces volvías a ser, el que siempre fuiste, lleno de ira, y resentimiento… tus ojos tenían un brillo bastante especial, cambiaban según tu estado de animo, si estabas bien, en un bonito dia soleado, aunque yo los odiara, eran de un lindo color miel, y se volvían dulces como tal, pero en los días que tus obras no surgían con la rapidez que esperaba tu mirada se volvía oscura y llena de furia, a tal punto que llegaba a asustarme el simple hecho de que me miraras o te me acercaras.
Me había acostumbrado al hecho de temblar y de rogar piedad cuando, con tus puños enfurecidos te acercabas a mi abollando todo lo que se cruzara en tu paso, convertida en un “bollito” de persona yacía mi cuerpo en el piso, esperando lo peor… siempre esperando que mi cabeza terminara triturada, pero se sentía, caer ante mi, llorando vencido por la vida, tus rodillas contra el piso, produciendo un estruendo que rebotaba en el cuatro por cuatro de la habitación, y se escuchaba en el triste silencio, las lagrimas caer por tu rostro hasta chocar contra el piso, y las promesas salir de tu boca, llorabas y llorabas en mis brazos mientras te mecía suavemente y te acariciaba tu pelo, que había perdido todo brillo y limpidez, hasta que volvías a dormir, en mis muslos entre lagrimas y tristeza, que envolvían ese instante, en el cual te volvías indefenso.
Fin del Capitulo 1º.
By: Lady Yaworski